martes, 16 de diciembre de 2008

ACERCA DE MI CARRERA: EL TEXTO LITERARIO EN EL AULA

La literatura puede constituirse en una alternativa para que el adolescente exprese su interioridad, se descubra como un ser creativo, desarrolle habilidades para la lectura dinámica de los textos, se acerque gozosamente a la lectura, descubra los valores implícitos a ella y disfrute de un ambiente de aula gozoso y dinámico.
Para lograr lo anterior es fundamental el papel que desempeñe el maestro; a quien hay que ofrecerle alternativas de trabajo agradables y funcionales, pues aunque encontramos con cierta facilidad, obras para niños, no es fácil encontrar sugerencias didácticas que lo orienten en su labor del aula, y le ayuden a crear sus propias metodologías.
Esto último es lo que pretendo ofrecer al docente de I y II Ciclos con la ponencia que he preparado.

Marco Teórico:
“A la Literatura ha de dársele el lugar de importancia que le corresponde”, se afirma en los Programas de Español para I y II Ciclos, promulgados por el Ministerio de Educación Pública desde 1995.
¿Cuál es específicamente el lugar que le corresponde a la Literatura en la escuela?, podría preguntarse un maestro. Precisamente mi participación pretende responder esa pregunta.
Primeramente señor maestro, recuerde cuánto le agradaba en su infancia, que le narraran cuentos y le declamaran poemas. Considérese dichoso si hubo en su vida de niño quién satisficiera esa necesidad.

En las obras literarias, el adolescente puede ir descubriendo el verdadero sentido de la vida, la alegría que produce la entrega a los demás.
Deseamos ciudadanos sensibles, solidarios con el necesitado, honrados, amantes de la paz, de la justicia, que tiendan a la excelencia, que valoren la disciplina… Es decir, la escuela fallaría si se limitara a impartir instrucción a sus alumnos. Ellos necesitan, al lado de los conocimientos académicos, la preparación para ser personas desarrolladas holísticamente. Y esa es
básicamente la función de la Literatura en el aula escolar: coayudar al desarrollo integral del adolescente. De modo que al leer un poema, al narrar un cuento, el fin no es la obra literaria en sí misma, sino el adolescente. La Literatura es pues, el medio para llegar al alma del adolescente y ayudarle a descubrirse y a enriquecerse a partir del texto.

El Programa de estudios aclara que la Literatura debe ser:
- Valorada en sí misma, despojada de la función de servicio.
- Germen de fantasía, de humor, de invención.
- Enriquecimiento de la imaginación y la sensibilidad.
- Entrenamiento constante en un manejo flexible, complejo, crítico y creativo del lenguaje.
- Orientada hacia la obtención de satisfacciones intelectuales y estéticas.
- Incorporada por medio de la lectura recreativa.
- Promotora de las capacidades lecturales del niño.
Las consideraciones anteriores han de convencer al maestro, de la necesidad de dedicar tiempo en su aula a la Literatura, y no hacerlo simplemente porque lo pide el programa.

Marco metodológico:
Para el tratamiento de la Literatura en el aula escolar conviene basarnos en los
siguientes principios:
- La escuela no ha de ser la residencia de la inmovilidad. Los adolescentes tienen derecho al movimiento; no solo al movimiento físico, sino también al movimiento mental y emocional.
El juego es una forma de aprender.
• Se pueden realizar juegos individuales o colectivos, juegos de competencia o de colaboración. No tenemos por qué creer que el ambiente serio es sinónimo de aprendizaje.
• Los materiales de desecho pueden constituirse en recursos útiles para la ejecución de las actividades derivadas.
El maestro ha de ver en cada alumno un creador que solo espera ser descubierto. Si al alumno se le da la oportunidad es capaz de expresarse creativamente; claro que para ello ha de estimulársele con actividades agradables y significativas.
No hemos de limitar al alumno a usar sólamente el lenguaje oral, para comunicarse con el mundo exterior. Hay una gran cantidad de lenguajes que usamos diariamente: la música, el dibujo, la pintura, la artesanía, la dramatización. Y las actividades derivadas de la Literatura nos permite usar esos diferentes lenguajes.
Los alumnos tímidos tienen también su propio mundo interior y el maestro debe esforzarse por que este mundo interior se manifieste. Para ello debe presentársele al alumno varias opciones de expresión; si no puede expresarse en un lenguaje, lo hará en otro.
En el aula escolar debe favorecerse el trabajo cooperativo, sin competencias. Hay actividades que resultan mejor si se hace entre varias personas. Así aprende el alumno a socializarse.

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